Nosotros

Bienvenidos a nuestro hogar. Welcome to Casa de Adoufe.

Cuando empezamos este proyecto hace un cuarto de siglo, tan sólo había una montaña pelada, una casa y una palmera. Sin embargo, al mirar más allá de las limitaciones del terreno inmediatamente nos dimos cuenta de su potencial y de lo que podía llegar a ser. Protegido de los vientos de norte y del nordeste, y bañado por el sol desde que nace hasta que se oculta tras las colinas, recibe incontables horas de luz que se transforman en un festival de flores y frutas.

Buscábamos un lugar donde olvidarnos de las preocupaciones y la vida ajetreada, y relajarnos y disfrutar en compañía de nuestros familiares y amigos. Una casa acogedora y luminosa, y un jardín misterioso y cambiante, donde se difuminasen las barreras entre vivienda y paisaje. A fin de cuentas, la casa de Adoufe es mucho más que una vivienda y un jardín. Es tiempo tallado. Es un espacio que invita al relax porque su concepción y desarrollo no se puede entender sin ese discurrir del tiempo, en el que cada árbol, cada arbusto, cada mueble centenario va encontrando su lugar y tomando forma.

Con tiempo y dedicación, transformamos los casi 20.000m2 de monte desolado en un auténtico jardín botánico que se puede disfrutar todo el año. Un espacio de color y aromas, de frutas y animales, de luciérnagas, ardillas, milanos, erizos, pájaros o mariposas. Nuestros familiares y amigos tenían claro que el mejor regalo de cumpleaños era un árbol, un arbusto o una planta, a menudo bautizados en su honor: El tejo de Juan, el citrus digitado de Tareixa, la azalea de Manolo y Ana, el olivo de Palmeira, el castaño de Indias de Virginia y Andrés, etc.

Además, en este nuestro proyecto también pensamos en salud y sostenibilidad. A lo largo de los años hemos tratado de cultivar especies frutícolas tradicionales de esta región – sin pesticidas y con fertilizantes naturales – poco comerciales y con aromas que nos devuelven a la infancia. Así, dependiendo de la época del año, el jardín se inunda de flores comestibles y plantas aromáticas: orégano, tomillo, romero, hierba buena, menta, fresas silvestres, violetas, prímulas…, que crecen en armonía cediéndose el protagonismo según las estaciones.

La casa de Adoufe la pensamos y diseñamos para ser felices. Ahora deseamos que también lo sean ustedes. Estaremos encantados de ayudarles con todo aquello que esté en nuestra mano para se lleven un recuerdo inolvidable de sus vacaciones ¡Esperamos recibirles muy pronto!

– Conchita y José